jueves, 16 de diciembre de 2010
sábado, 13 de noviembre de 2010
jueves, 11 de noviembre de 2010
lunes, 8 de noviembre de 2010
domingo, 7 de noviembre de 2010
miércoles, 3 de noviembre de 2010
viernes, 29 de octubre de 2010
martes, 26 de octubre de 2010
jueves, 21 de octubre de 2010
MONOLOGO DE UN ZORRO DE HUEVAR
PUES BIEN SABIDO ES, QUE NOS DEFINEN COMO ENEMIGOS PERO DE UN TIEMPO ATRAS OS VEO MAS BIÉN COMO TODO LO CONTRARIO.
HABEIS SACADO LEYES QUE CADA VEZ MÁS MENOSCABA LA ELECCIÓN DE LA CAZA, HUNDIENDO EN DERECHOS,OBLIGACIONES Y PROHIBICIONES AL CAZADOR. TODO ESTO HA LLEVADO QUE, A LOS QUE ANTES ERAN CAZADORES DE ANTAÑO, PASEN A MI BANDO SIENDO UN FURTIVO MÁS EN EL COTO; Y PARA SER SINCERO, YA CON NOSOTROS SOBRAMOS QUE SOMOS MUCHOS. SIN MÁS EL OTRO DIA ME ENCONTRABA HUYENDO DE UNO DE ESTOS CAZADORES CUANDO SE PRESENTÓ UN ÁNGEL DE LA GUARDIA VESTIDO DE VERDE, QUE ADEMÁS DE PARAR A ÉSTE Y QUITARLE LA ESCOPETA ,POR NO SE QUE DE ESTAR CERCA DE UN ARROYO QUE YO NO CONOCIA Y YA LLEVO VARIOS AÑOS VIVIENDO AQUI, ME DEJO ESCAPAR.
BUENO SIN MÁS AGRADECER A ESTOS BUROCRATAS QUE ANTAÑO ME LLAMABAN CARROÑERO, FURTIVO Y ALIMAÑA ESTE CAMBIO DE ESTANDING Y QUIEN SABE MAÑANA QUIZÁS....¿ANIMAL EN PELIGRO DE EXTINCION?...
miércoles, 13 de octubre de 2010
domingo, 10 de octubre de 2010
sábado, 9 de octubre de 2010
viernes, 8 de octubre de 2010
Así debe ser el buen perdicero
A horas de que comience la temporada general de caza menor en algunas de las comunidades autónomas más emblemáticas de nuestro país, os damos los mejores consejos para disfrutar al máximo de vuestras jornadas cinegéticas tras nuestra querida patirroja.
1. Máxima implicación
Quien camina por el cazadero no caza, sólo avanza sin la necesaria atención ni ese tan necesario estar centrado. El perdicero ha de estar centrado y concentrado al máximo en cada momento para poder apostar por una estrategia u otra, entrar por cierta zona en función de por dónde esperamos tirar, aprovechar el viento de cara y de espalda según nos convenga, etc., pero, sobre todo, estar en consonancia con el día, con el momento y las perdices de ese escenario. Hay que sentir el campo, dejar que nos llegue información y poder analizar todo lo que influye en nuestra dinámica. Y para ello es necesario estar implicado, volcado de lleno en la acción de caza. Sólo así se decide acertadamente, respondemos al trabajo de nuestro perro y aprovechamos los lances, pudiendo además decidir cuándo es prudente y adecuado tirar y cuándo hay que esperar una ocasión mejor.
2. Cuantificar la presión
Tanto a las perdices que nos proponemos seguir en cada jornada, como al conjunto del cazadero. El buen y eficiente perdicero debe cuantificar su acción en relación a los recursos que tiene para esa temporada, y para ello hay diferentes puntos de vista. Hay quien deja de cazar en un rodal u otro cuando ya los bandos están mediados o terciados (donde había diez, ahora quedan cuatro, por ejemplo). También hay quien caza primero en una zona del coto y después en otra, dividiendo así la presión en la temporada. Otra alternativa pasa por hacer una estimación de capturas según veamos cómo está el campo a primeros de temporada, e ir adaptando este cupo global según responda el coto y la climatología. No seamos predecibles y obstinados, es decir, no apostemos que “este año me tengo que colgar setenta” y tener que cumplirlo sea como sea. Caza con mesura y aprende a ver donde antes sólo mirabas, y a escuchar al campo donde antes solamente oías. ¿Un día bueno y con caza? A por el cupo de la jornada. ¿Un día negado por la climatología o porque quedan cuatro pájaros? A cazar con los sentidos y para nuestro perro. Esto es crecimiento para el cazador perdicero.
3. Tirar sólo cuando la perdiz lo ‘pide’
Cada perdiz, en cada cazadero, ‘pide’ cuándo debemos tirar; los perdiceros veteranos me comprenden. Los ensayos continuados tirando perdices claramente largas, querer tirar desde que pisamos el campo al amanecer o no dudar en cómo y en qué condiciones tiramos -caso de pájaros que cruzan un río, vuelan hacia una cañada impracticable, hacia un cercado, etc.-, hacen que el perdicero no sólo no lo sea, sino que esté restando recursos para otro momento, otras circunstancias y hasta para otros cazadores. Equilibrio; ante todo, equilibrio. Por ello debemos tirar solamente a pájaros en su distancia, o justo cuando las perdices están amagadas o sesteando y salen ‘pidiendo’ el lance. Todo radica en aprender y diferenciar lances casi asegurados (reducimos el número de piezas heridas y no cobradas) de los que son puro experimento. 36 gramos de sexta a cincuenta metros ‘pinchan’ muchas y hacen que cobres pocas...
4. Cazar para nuestro perro
Si de verdad quieres disfrutar con la caza de perdices bravas, no enfoques tu actividad siempre al momento de la resolución del lance. El disparo a todos nos gusta, pero no es más que un acto final y casi nunca es lo más importante en esta actividad. Caza para que tu perro tenga opciones de captar emanaciones, de encontrar rastros, de entrar donde calculas que están las perdices en bando o alguna amagada. Provoca que cada lance sea una acción educativa para tu perro, que aprenda a entrar bien, a parar a la que se está escurriendo, a mostrar debidamente, en complicidad contigo, y a levantar finalmente para que seas tú quien abata la pieza de la mejor forma posible. ¿Tirar sólo cuando hay muestra? Eso es imposible y carece de un fundamento lógico para la mayoría. Lo que sí debes fomentar es que el perro trabaje bien y gestione adecuadamente cada rastro o emanación. Después, unas perdices se dejarán mostrar; la mayoría, no.
5. Sacar las perdices dulcemente
Aprende a dar valor a cada acción de tu perro y a buscar el enfoque lógico y práctico de cada una de las tuyas; cada cual debe hacer bien su trabajo. En este sentido, hay que fomentar que nuestro perro entre a la pieza y sea él quien la levante. El perro aprende a escuchar a la pieza, a valorar la intensidad de la emanación y a discriminar cuándo la perdiz sigue amagada y cuándo está escurriéndose. Es nuestro perro quien debe entrar a sacar la perdiz, y con ello, y siempre que se sienta seguro y respaldado por nosotros, irá sacando la caza cada vez en mejor disposición para el disparo. No debe atropellar el escondite. Debe aprender a interpretar los signos y a entrar de la mejor forma posible según nos vea situados y según entienda que facilita el disparo. De que la patirroja salga dulcemente o de que lo haga arremolinada y con vuelo irregular por el miedo depende en muchos casos que logremos abatirla. Y escúchame: por mucho que te digan, que sea tu perro quien saque la pieza. Tú sitúate bien para abatirla; ésa es tu labor.
(Texto: Miguel Soler. Fotos: Alberto Ánibal Álvarez)
lunes, 4 de octubre de 2010
martes, 28 de septiembre de 2010
Las escopetas de caza y tiro: tomando las medidas a la culata
La parte de la escopeta de caza y tiro a la que más atención presta la mayoría de los cazadores es la culata, ya que desde siempre estamos acostumbrados a achacar a ésta nuestros fallos y aciertos en el tiro. En muchas ocasiones oí decir al que fuera durante muchos años mi seleccionador del equipo de Skeet Olímpico, Gaspar Castañón: “la culata es la que mata”.
Sin dejar de reconocer la exageración, hay que admitir que la culata tiene su importancia, pero no conviene cederle todo el protagonismo. Para mí el éxito en el lance está condicionado por un conjunto de factores, entre los que destaco el control mental a la hora de efectuar nuestros disparos en la jornada de caza o en el campo de tiro.
Las medidas ‘ideales’ de una culata
Podríamos decir que la culata idónea para nosotros será aquella que nos aporte dos puntos técnicos diferentes: primero, que quede perfectamente encajada en nuestro pómulo y nuestro hombro, formando un bloque compacto con nuestro cuerpo, a la vez que logre situar nuestro ojo siempre en el mismo sitio con respecto a la solista de nuestra escopeta. Y segundo, que la culata tenga unas medidas y diseño que nos facilite realizar el movimiento de encare con facilidad y comodidad.
Las dimensiones de la culata de nuestra escopeta de caza equivalen a la regulación que hagamos sobre el visor de nuestro rifle de caza: mientras que la colocación de nuestro pómulo sobre la culata para fijar nuestro ojo en la posición correcta sobre la escopeta, equivaldrá a cómo realizamos la colocación del visor sobre el rifle, mediante unas buenas monturas. Hay que tener muy claro que nunca deberemos adaptarnos a la culata variando la forma de realizar el encare, sino adaptar la culata a nuestras medidas después de realizar un encare correcto.
Tomar medidas según cómo tiramos
Antes de comenzar a preocuparnos sobre qué medidas vamos a dar a nuestra futura culata, lo primero es observar cómo es nuestra forma de tirar, para lo que contaremos con la colaboración de un profesional del tiro que analice todo lo que hacemos al realizar nuestro swing de tiro.
Esto se deba a que algunos fallos frecuentes, como por ejemplo dejarnos los tiros bajos, pueden ser en cierta medida solucionados aplicando a la culata unas medidas que, aunque no sean las idóneas para nuestra constitución física, sí que pueden solventar algunos de esos fallos.
Una vez que el profesor de tiro haya tomado buena nota de su forma de tirar, será el momento de utilizar una culata de tiro con culata regulable. Con ella el profesor irá variando las medidas de ésta hasta lograr conseguir las medidas exactas y que mejor se adapten al tirador.
Este trabajo debe ser lento y minucioso, ya que con una culata regulable podremos avanzar y retroceder en las medidas cuanto deseemos, pero cuando las traslademos a una culata fija algunas de las medidas serán casi imposibles de rectificar.
Dos métodos para saber cómo nos queda la escopeta
Un método para conocer cómo nos queda una escopeta es contar con la colaboración de un armero o profesor de tiro, que se colocará frente a nosotros cuando tenemos la escopeta encarada. Desde esta posición podrá apreciar cómo queda nuestro ojo con respecto a la solista de la escopeta.
Después, colocándose en un lateral, comprobará si la longitud de la culata es la idónea, algo que también debe verificar observando cómo encaramos y desencaramos el arma.
El otro sistema es muy sencillo: basta con encarar nosotros mismos el arma con los ojos cerrados, y después abrirlos y ver qué imagen recibimos de la línea de los cañones y, sobre esta imagen, hacer las correcciones adecuadas para que el ojo quede alineado.
Este segundo sistema es muy interesante e incluso complementario al anterior, ya que nos indica cómo realmente ponemos la cara al efectuar nuestros disparos, mientras que si el encare lo hacemos con los ojos abiertos, en cierta forma, mediante el encare, y sin quererlo, nos adaptamos nosotros a la culata.
¿Cómo realizar las mediciones de la culata?
La longitud de la culata es la distancia que existe desde el gatillo hasta el centro de la cantonera. Esta medida es muy importante para varios puntos técnicos del encare, como subir la culata con facilidad a la cara, que la escopeta no nos golpee demasiado en su retroceso o que nuestro ojo quede a la altura correcta. Además, nuestro brazo debe quedar cómodamente colocado con el ángulo aproximado de unos 90º.
Mediante la longitud de la culata debemos conseguir que nuestro pómulo, cuando la escopeta esté encarada, se sitúe en el primer tercio de los tres que miden la longitud total del lomo de ella. La longitud de la culata dependerá tanto de la longitud de los brazos como de la longitud del cuello del tirador.
Además habrá que tener en cuenta si con ese arma vamos a practicar modalidades de tiro encarado previamente (trap o hélices), o modalidades en las que se pide desencarado, (skeet, recorridos de caza o la propia caza). Y por supuesto, probar la medida de la culata con una cantidad de ropa similar a la que llevaremos cuando vayamos a usar nuestro arma.
Para medir la caída de la culata y su altura tomaremos la distancia que hay desde el talón de la escopeta a la línea imaginaria de la solista del arma sobre la culata y, a continuación, midiendo la distancia existente entre la cresta de la culata y la línea imaginaria de la solista sobre ella.
Estas medidas nos indicarán el punto de apoyo sobre el hombro, que dependerá de la longitud del cuello y de la altura de nuestro ojo sobre la solista, la cual a su vez dependerá de la altura de nuestros tiros con respecto al punto que señale nuestro punto de mira.
Por último, mediremos la desviación de la culata en sentido horizontal sobre la solista del arma. A esta desviación de la culata se le denomina ventaja, que puede ser positiva para los diestros (cast off), o negativa para los zurdos (cast in).
La ventaja de nuestra culata sirve para que el tirador, realizando un buen encare, logre que su ojo quede situado perfectamente alineado con la solista; de no ser así, los tiros irían desviados a la derecha o a la izquierda, dependiendo de cómo quede nuestro ojo situado con respecto de la solista del arma. La corrección de la ventaja podemos hacerlo fácilmente encarando la escopeta con los dos ojos cerrados, como hemos explicado antes.
La importancia del trabajo del armero
Todas estas medidas deberán quedar anotadas en una ficha, para que con ellas el armero tenga suficiente información para poder plasmar todas estas medidas en un trozo de buena madera de raíz.
De esta forma, si una vez acabada la culata no es de nuestro gusto, no podremos reprochar al armero que nuestra escopeta nos queda mal o que no es lo que le hemos pedido, ya que nuestras medidas estarán reflejadas en la ficha, al igual que si nos queda mal y no mantiene la información facilitada, será el armero el encargado de rectificar su trabajo.
Respecto al trabajo del armero, se trata de una labor que se debe realizar con esmero y paciencia, para lo que conviene dejarle trabajar sin agobios y no meterle prisa. Es importante resaltar al armero nuestro deseo de que la culata vaya siempre acompañada de una cantonera que nos ofrezca una buena amortiguación del retroceso y que a la vez nos permita realizar el encare sin incómodos enganchones en nuestra ropa.
(Texto y fotos: Gonzalo Gómez Escudero)
sábado, 25 de septiembre de 2010
jueves, 23 de septiembre de 2010
LA PERDIZ ROJA
La perdiz roja con perro de muestra es, tal vez, la más deportiva dentro de la caza menor. Esta caza cuenta con apasionados adeptos; es por excelencia la caza al salto. Se practica a menudo en bonitos y dificiles cazaderos, que la perdiz sabe utilizar de maravilla para escapar del cazador.
Los terrenos difíciles y montañosos donde se refugia exigen ciertas cualidades de cazador deportivo que requiere una adecuada preparación física y la ayuda de un perro de caza de cualidades.
Es dificil alcanzar a este atento y rápido pájaro, que peona con velocidad en monte cerrado, y salta de ladera a ladera en una vaguada con una potencia inusitada. Y una vez posada corre bajo el sotobosque sin que luego, el cazador, tras fatigosa caminata por monte cerrado, en pos de las pistas que le muestra su perro, debe llegar a tiempo para que su can compañero le levante la pieza a tiro.
miércoles, 22 de septiembre de 2010
jueves, 16 de septiembre de 2010
jueves, 9 de septiembre de 2010
LA TORTOLA COMÚN
La tórtola comun, con un peso medio de 150 g. es la más pequeña de las colúmbidas europeas. Fina y estilizada, su pecho está tintado de matices vonosos característicos. El cuello de los adultos está marcado por barras blancas y negras, de las que carecen los ejemplares jóvenes. Las alas son rojizas con manchas negras. La cola, de plumas bien superpuestas, es oscura bordeada de blanco y el sobre de la cabeza esa tórtola prefiere las zonas de bosques, limitados por cultivos en los que encuentra su alimento; también es posible verla en grandes parques de zonas urbanas. En las regiones meridionales frecuenta los pinares, monte bajo y landas incultas.
HÁBITAT:
La tórtola prefiere las zonas de bosques, limitados por cultivos en los que encuentra su alimento; también es posible verla en grandes parques de zonas urbanas. En las regiones meridionales frecuenta los pinares, monte bajo y landas incultas.
Regimen alimentario.
Casi exclusivamente vegetal, se compone de numerosos granos y frutos silvestres, pero, en ocasiones, la tórtola tamnién consume algunos invertebrados, moluscos o insectos.
Áreas de la tórtola.
Inverna en Senegal, Túnez y Etiopía. Se reproduce desde el Átlántico hasta Siria y la Siberia occidental. También se han observado zonas regulares de anidada en Gran Bretaña, y está presente en toda la Península Ibérica, Córcega, Cerdeña, Italia y Grecia. gris.
CAZA:
La historia de la presencia de la tórtla en España es la de una extraordinaria expansión que empezó en la India, hogar inicial de la especie, que después se instalón en los Balcanes, tras haberse expandido por Asia Menor. Esta ave, sagrada para los turcos, fue exterminada por los griegos durante la retirada de las tropas otomanas, por considerarla el símbolo de un yugo infamante.
La tórtola se expandió por Europa a principios de siglo, empezando su presencia en Hungria y, a continuación, en Polonia, Italia y Alemania, Holanda, Francia, Escandinavia, Inglaterra, España y Cerdeña.
Actualmente abunda, gracias, entre otras cosas, a su formidable capacidad de adaptación a los medios civilizados. A veces se la confunde con la paloma bravía, si bien es de inferior tamaño. Esta revistida de un plumaje beige claro, con el cuello marcado por un semicollar negro.
Su canto, monótono, de tres notas, es característico del macho delimitando su territorio. La tórtola hembra hace dos puestas al año, de 1 o 2 huevos que incuba durante unos 14 días. Los polluelos empiezan a volar a las tres semanas.
LA CAZA.
Se pueden encontrar algunas tórtolas retardadas, al principio de la estación bordenado los bosques que lindan con sembrados o rastrojos. Sin embargo son raros los pájaros que se dejan sorprender a distancia de tiro.
En cuanto remonta el vuelo, desde el suelo o un árbol, la tórtola efectúa rápidos virajes que hacen su marcha desconcertante. En las regiones en donde pasa el invierno (Marruecos) la cazan por la tarde a la espera, en los abrevaderos, y durante el día en puestos fijos cuando se desplaza de los rastrojos o sembrados a su lugar de reposo. Igualmente puede ser cazada en ojeo, con batidores, por el interior de los bosques donde se refugia en plena jornada.
La tórtola es un pájaro vulnerable, al que se puede tirar con plomos de los números 8 o 9.
jueves, 2 de septiembre de 2010
miércoles, 1 de septiembre de 2010
Precauciones que debemos tener cazando en verano
Tanto la caza de conejos en descaste como la caza de codornices, tórtolas y torcaces en media veda conllevan una serie de riesgos derivados del intenso calor de julio y agosto. La clave, como siempre, reside en el sentido común y en saber dosificar nuestro esfuerzo y, en el caso de la codorniz, el de nuestro perro; así como seguir una serie de pautas de actuación que enunciamos a continuación.
Cuidado con el golpe de calor
Los golpes de calor son un verdadero peligro para quien sale al campo en estos meses veraniegos. Todos los veranos, y especialmente bajo el sofocante calor de agosto, el golpe de calor acecha a cazadores poco prevenidos y también a muchos buenos perros de caza.
Sobrepasar los límites normales -cazar hasta que el calor comienza a apretar, llevar agua, parar de vez en cuando en alguna sombra, refrescar a nuestro perro varias veces en la jornada, etc.- puede provocar desde un dolor de cabeza de campeonato hasta un desvanecimiento por soportar altas temperaturas. Y es que el calor, unido a la deshidratación, nos puede hacer pasar una jornada verdaderamente peligrosa.
Hidratarse continuamente, fundamental
Para evitar los temidos golpes de calor mencionados, debemos llevar siempre agua con nosotros, bebiendo a cada rato y refrescándonos el cuello y la base de la nuca para refrescar cuerpo y mente. También es recomendable, como hemos dicho en anteriores ocasiones, cazar con gorra o sombrero, llevar ropa fresca y poco peso encima y utilizar protector solar.
Volviendo a la hidratación, este apartado es enormemente importante para nuestros perros de caza, ya que desarrollan un enorme trabajo de esfuerzo en muy duras condiciones, van cerca del suelo y perciben continuamente el calor que éste desprende, sus patas sufren mucho con el suelo duro y caliente, están mucho tiempo al sol, y reciben una gran cantidad de polvo en suspensión mientras van rastreando por bajo o alto, debiendo incrementar mucho sus respiración para refrescarse un poco.
Buscar zonas más frescas y descansar a cada rato
Si queremos cazar toda la mañana o varias horas continuadas en zonas duras y resecas en días de mucho calor, resulta imprescindible acercarnos a puntos con sistemas de riego, fuentes, abrevaderos u otros lugares donde dejar descansar y refrescarse a nuestros perros varias veces en la jornada; notaremos cómo cazan mejor, rinden más, y sobre todo, están más seguros.
Si no hay zonas así, no tendremos más remedio que llevar varias garrafas de agua en el coche y acudir a él para refrescar a los perros. Además de darles de beber con frecuencia, hay que mojarles la cabeza y el tronco, que se refresquen bien.
Alerta con insectos, culebras y víboras
Otros riesgos propios de la caza en esta época del año son, por ejemplo, las tabarreras, realmente peligrosas para cazadores y perros, pues no las solemos ver, y al pasar junto a un cardo notamos cómo hay pegado un enjambre de avispas que sin pensarlo ni un segundo salen a defenderse.
Si escuchamos a nuestro perro chillar y revolcarse o correr, atentos, porque puede haberle sido atacado por las avispas; en este caso debemos alejarnos del lugar y examinar a nuestro can, pues muchos perros ante varias picaduras sufren inflamaciones de cuidado. Para rebajarlas lo más rápido es hacer barro con la tierra del suelo y aplicar la pasta en los bultos donde le han picado.
En las brozas de las linderas y en los perdidos podemos tener la mala suerte de tropezarnos con culebras o vívoras, y este tema es más serio. Si nuestro perro chilla y acude a nosotros cojeando o asustado, nervioso, jadeando a mucho ritmo, puede haberle mordido una culebra o, lo que es peor una víbora. Hay quien distingue una picadura de otra y si comprueba que es de culebra sigue cazando tan tranquilo, pero estas mordeduras, además de posiblemente venenosas en mayor o menor grado, son muy peligrosas.
Así, debemos llevarnos al perro cuanto antes a un veterinario, quien podrá aplicar el tratamiento adecuado según sus sospechas y examinar con detenimiento la picadura; más de una vez el perro lleva dentro un colmillo de la víbora, que deberá extraerse.
¿Qué podemos hacer ante esto? En jornadas en las que sabemos que vamos a estar repasando linderas y manchas de brozas o bordes de arroyos, no está de más cazar con polainas. También, cuando nos vayamos a sentar a descansar en alguna sombra –algo obligado tanto para nosotros como para nuestro auxiliar canino- debemos mirar bien el entorno, especialmente si son piedras.
Igual precaución debemos llevar antes de dejar que nuestro perro entre a una charca o bebedero a refrescarse, repasando bien antes los bordes de estos puntos de agua, pues con las altas temperaturas muchos “bichos” buscan el frescor de las fuentes y charcas en verano.
(Texto: Miguel F. Soler. Fotos: Alberto Aníbal-Álvarez)
sábado, 28 de agosto de 2010
RESOLUCION DE 1 DE JULIO DE 2010 EN VIRTUD A LA CUAL SE DECLARA ZONA DE EMERGENCIA CINEGÉTICA TEMPORAL POR DAÑOS DE CONEJOS VARIOS TÉRMINOS MUNICIPALE
viernes, 27 de agosto de 2010
Beretta A400 Xplor Light y SV 10 Perennia 1: toma de contacto en tierras italianas
Como todos los actos que organiza Beretta, éste fue espectacular, pues la presentación a la que acudimos se desarrolló en un magnífico campo de tiro, elTrap Concaverde de la localidad de Lonato (Brescia), donde bajo una inmensa carpa instalada al efecto nos presentaron los dos nuevos modelos aligerados de la A400 Xplor y la SV 10 Perennia 1, además de la nueva colección de ropa y complementos de la firma italiana.
Primero, los responsables de la marca nos explicaron en detalle la impresionante capacidad que tiene Beretta para crear y desarrollar nuevos productos, teniendo en cuenta el gran número de empresas afiliadas y la cantidad de referencias que tienen en su catálogo.
A continuación pudimos probar hasta hartarnos en el campo de tiro tanto la Beretta A400 Xplor Light como la Beretta SV10 Perennia 1 con diferentes cargas, desde las más pequeñas y suaves de 24 gramos hasta las más pesadas de 50 gramos de los cartuchos magnum (12/76).
Ambas escopetas resultaron muy agradables de disparar, incluso con las cargas de mayores gramajes, que a pesar del agobiante calor que hacía fueron llevaderas. No es que las cargas de 50 gramos me apasionen -normalmente para mi uso personal no paso de 32 ó 34 gramos-, y más aún teniendo todavía mi hombro delicado después de la rotura que sufrí el año pasado, pero había que probarlas y, gracias al buen diseño de ambas armas, fueron soportables.
A continuación pasamos a analizar de forma individual cada escopeta. Al ser modelos que incorporan variaciones, cambios y mejoras sobre lo ya existente, no volveremos a hablar más en profundidad ni de la A 400 Xplor ni de la SV 10 Perennia, ambas ya estudiadas a fondo tanto en ElCotodeCaza.com como en la revista Cazarmás.
Beretta A400 Xplor Light: un 'monstruo' ahora más ligero
La Beretta A400 Xplor Light es la segunda creación de la familia A400, y pesa tan solo 2.850 gramos, siendo el ‘predator’ más pequeño de la gama. En cuanto a diseño se aprecian pocos cambios con respecto al modelo ‘madre’, salvo en el guardamanos, que se ha rediseñado para una mejor ergonomía y confort.
Donde sí encontramos modificaciones destacables es en la cantonera y culata. El sistema amortiguador Kick-off (opcional en el modelo anterior) integrado en la cantonera no tiene ahora más que dos amortiguadores en vez de tres, pero ofrece a cambio una reducción del retroceso de un 60 por ciento. La cantonera también varía, y es ahora de Micro Core.
La cabeza giratoria del cerrojo presenta igualmente nuevo diseño, así como el pistón de gas autolimpiable, que resulta ahora aún más eficaz que el primero. Por su parte, los cañones han cambiado su estructura, ya que son de una nueva fórmula de acero llamada ‘steelium’.
Están martilleados en frío, pero ahora pasan por un nuevo proceso denominado distensión al vacío, que consiste en que después del martilleado pasan unas horas dentro de una cámara especial al vacío, dónde las moléculas se reordenan correctamente y se liberan del estrés y de las tensiones sufridas durante el martilleo. Además, los cañones son Optima Bore HP, así como los nuevos chokes HP, preparados para todo tipo de perdigón, acero incluido.
Un punto indicativo y que diferencia a primera vista el modelo convencional del Light es que ésta última tiene la báscula anodizada en color verde claro, en vez del verde denso que tiene la Xplor normal.
Beretta SV 10 Perennia 1
La Beretta SV 10 Perennia 1 sufre menos cambios con respecto a su modelo normal. Ahora puede dotarse de un amortiguador Kick-Off opcional, que a mi juicio, aunque aumente algo el peso, resulta más que agradable si somos entusiastas y muy dados al uso de cargas fuertes.
Mecánicamente, lleva un nuevo sistema de apertura constante que facilita la apertura de la escopeta con menos esfuerzo. El sistema de expulsión puede ser automático o de extracción manual, a elegir en cualquier momento. Este sistema de extracción es más ecológico, ya que nos evita buscar las vainas esparcidas por el campo, y que no son siempre fáciles de encontrar entre la vegetación.
Los cañones, al igual que en la nueva Xplor Light, están realizados también en acero ‘steelium’, martilleados en frío y pasados por una cámara de distensión al vacío. Asimismo, los chokes son Optima Chokes y los cañones Otima Bore HP.
Por otra parte, destacar que también pudimos probar, aunque no fue presentado oficialmente, un prototipo de la SV 10 Perennnia 1 en calibre 20, que resultó ser de lo más elegante y atractiva. Espero que salga pronto, además nada más ver la báscula uno se da cuenta enseguida de que podría perfectamente dar lugar a un magnífico rifle express; pero aquí reconozco que dejé volar mi mente, siempre pensando en la caza mayor.
Finalmente, esta presentación-prueba culminó con una magnífica cena de gala al aire libre en el antiguo castillo de Lonato, para luego volver a nuestro hotel, situado en el borde del Lago di Garda.
A la mañana siguiente, antes de partir para Madrid, tuvimos otra vez más la ocasión de visitar en parte la enorme fábrica de Beretta en Gardone. Digo en parte porque es tan grande que una visita completa dura unas ocho horas, y a pesar de que he tenido varias veces la oportunidad de visitarla, nunca he logrado verla entera.
Técnicas para cazar la codorniz en los bordes de girasol
El sur peninsular tiene codorniz porque tiene campos de girasol y de algodón; y aunque cazar dentro de estos campos está prohibido al tener cosecha pendiente, sus márgenes, al igual que ocurre con las huertas de espárrago, campos de sorgo, etc., permiten al cazador dar unas cuantas vueltas y aprovechar las codornices que se orillan.
Sin embargo, algunos cazadores repasan las lindes de los girasoles, dos vueltas, y no tiran una codorniz, ante lo que no vuelven a salir más en toda la media veda. Por ello, vamos a abordar algunos aspectos que tal vez cambien el concepto y nos animen a repetir la excursión.
Buscar girasoles poco frecuentados
En el campo de girasol la codorniz está donde menos la molestan, sobre todo, donde más mata hay en el suelo, y además, allí donde alguna lindera de mucha broza o algunos desniveles les dan cobijo en las horas de más calor.
Si habéis entrado alguna vez con el perro en mitad de unos girasoles (ojo, ahí no podemos estar cazando) tal vez habréis comprobado que salen codornices cuando menos te lo esperas, y es que la frondosidad de unos girasoles altos, y verdes aún en agosto, hacen que las codornices se aguanten allí, muchas veces en bando. Por ello las codornices no siempre están en la linde, pero hay que saber adecuar los recursos para intentar tirar alguna.
De entrada hay que cazar los bordes del girasol con el ánimo de orillar algunas para tirarlas en la segunda o tercera vuelta, es decir, hay que buscar campos de girasol que no estén muy visitados por otros cazadores, de forma que nuestro primer trabajo sea productivo posteriormente para nosotros, y no para quien viene detrás...